Nadie lo mira
Hay un señor que nadie mira, pero está ahí. Desde hace unas semanas, meses ya, lo empezamos a sentir. Primero hizo que dejáramos de ir al colegio, luego ya no permitió que papá fuera a la oficina.
Nadie lo mira, pero está ahí. Hizo que mamá estuviera aún más pendiente de nosotros y de los abuelitos. Ha hecho que la gente se quede en sus casas, pero a la vez que se las ingenien para trabajar aún más fuerte que antes.
Nadie lo mira, pero está ahí, y se siente cada vez más. En la casa, en el barrio, en la ciudad, en el país, en el mundo. Las personas se preocupan más una por la otra, y los doctores y las enfermeras lo tienen alrededor.
Nadie lo mira, pero está ahí. A los adultos a veces los asusta, aunque a los niños se lo quieran ocultar. Pero poco a poco, ya todos han ido aprendiendo a vivir con él guiando el camino. Ahora está presente, y que eso sea lo normal, no está nada mal.
Nadie lo mira, pero está ahí, y es lo mejor que nos pudo pasar. Porque no hay virus, pandemia, por más fea que parezca, que al final no se rinda a los pies de este señor que nadie mira, pero que siempre siempre está ahí, ahora mucho más fuerte y que jamás se va a ir.
Ese señor es el amor.
De: Rodrigo Del Cid. Dedicado a: Isa, Juani y Milo.
3 de mayo, 2020.